lunes, 8 de octubre de 2007

Ribazos


1 comentario:

Juan José Carrasco Lozano dijo...

Las tierras en pendiente son difíciles de cultivar ya que están sometidas a una gran erosión a causa de las lluvias, a veces torrenciales, muy frecuentes en nuestro clima; además, el rápido escurrimiento dificulta el abono del suelo.

Por esta y por otras razones, se levantaban unas paredes de piedra perpendiculares a la pendiente que creaban unas terrazas niveladas, perfectamente aptas para trabajar. Estas paredes son los bancales, que dan lugar a las terrazas. Al desbrozar los terrenos vírgenes para hacerlos cultivables, salían muchas piedras que se iban extrayendo con la ayuda de alzaprimas, unas palancas que podían ser de hierro, pero que muchas veces eran de troncos o ramas de roble o de carrasca. La utilización de la piedra en los bancales resolvía la cuestión estructural y a su vez el almacenamiento.