domingo, 21 de diciembre de 2008

Del Collado del Portillo al Pico del Águila

Desde Onda, a unos 65 km, por la CV-20, A-23 y CV-2170, al llegar a la rotonda de entrada a Geldo, giraremos por la misma hacia la izquierda para buscar el Camino de Cabrera, que pasa por debajo del puente de la vía férrea y transcurridos unos 6 Km, en adelante, llegaremos al Collado del Portillo o Cuatro Caminos (434 msnm), que es el punto de partida de la ruta lineal de esta semana. En un pequeño claro junto a la Laguna del Portillo podemos dejar el vehículo.

Aquí nos quedamos en una ruta anterior (Soneja- Cuatro Caminos - Olivera Morruda de Segorbe) y desde aquí completaremos, en una nueva etapa,  un largo recorrido lineal, hasta alcanzar la cumbre del Pico del Águila (878 msnm) de la Sierra Calderona en Gátova.

Un poste de madera con flechas direccionales, casi imperceptibles, nos informan de nuestra dirección a seguir: "Corral del Gordo". Así pues desde esta encrucijada partimos en suave ascenso por un camino que están limpiando de ramas y brozas (dejando atrás y a nuestras espaldas la Laguna del Portillo) camino parcialmente parcheado y que poco a poco nos va introduciendo en el horizonte, con siluetas de pinos y vegetación, flanqueando nuestro paso. El polvoriento camino nos acerca a las proximidades del Corral del Gordo, en realidad este antiguo e histórico camino de Gátova a Soneja se denomina Camino de Santa Lucía (como me vino a informar un cazador gatovero).

Cruzamos de E a W, el Camino de la Hoya (que baja hasta El Plano)  y pronto encontraremos un nuevo poste de madera con señal de ubicación y flechas direccionales que nos informan de nuestra posición en el Corral del Gordo.

Hasta no hace muchos años, los pastores que bajaban de Aragón alquilaban estos terrenos para pastos y refugiaban a sus ovejas en este importante corral durante 3 ó 4 meses en época de invierno y para el día de la Santa Cruz (a principios de Mayo, el día 3) regresaban para Teruel. El tamaño del corral así como sus construcciones anexas nos informan de su importancia, efectivamente, numerosas cabezas de ganado se pueden cobijar en él. Hoy se encuentra en ruinas y abandonado a su suerte. 
Sólo el silencio del olvido habita en el Corral del Gordo (550 msnm).

Con cierta tristeza dejamos atrás el corral y muy cerca observaremos un camino de herradura con marcas del GR (blanco y amarillo) que nos acompañarán en nuestra ruta, a veces junto a fitas de piedras y otras, con señales de pintura en los troncos de los pinos.
Nos dirigimos en dirección a Gátova (Valencia).

Hemos tenido la suerte de tropezarnos con un sapo junto a unos arbustos y en zona rocosa. Es apropiado y oportuno informar que el sapo común (Bufo bufo) representa un elemento más de los ricos ecosistemas que aún nos rodean. Desgraciadamente y a pesar de que lleva su existencia sin molestar a nadie, se le han atribuido, desde siempre, leyendas de magia negra, demonismo y brujería que carecen de fundamento. Al contrario, el sapo común, es un animal beneficioso y su importancia para la agricultura es muy grande debido a la gran cantidad de invertebrados que ingiere.
Dejamos atrás, ya escondido, y fuera del peligro del camino a esta criatura.

Caminamos por monte bajo y pedregoso - dirección SW - y la vegetación arbustiva está por doquier. Las amarillas aliagas o aulagas  (Genista scorpius L.) salpican, a nuestro paso, el verde del paisaje cuando vemos el Lomo Gordo (702 msnm) y comprendemos, en seguida, el origen de su nombre. Detrás y oculto se encuentra el Pico del Águila. Esta senda bordea el Lomo Gordo en una caminata tan soberbia como amable y que se va estirando cada vez más.

A nuestra derecha nos encontramos con un poste de ubicación con señales del PR que nos informa de que estamos en Lomo Gordo y enfrente nos encontramos con una sorpresa en forma de aljibe adornado y casi rodeado por vegetación. Peñascona (704 msnm)  se queda a la derecha mientras continuamos por nuestro camino de herradura cada vez mas pedregoso y empinado (las señales del PRV-63.9 son frecuentes bien en forma de postes, señales de pintura en rocas y troncos de pinos así como en estanquillas, en la practica totalidad del recorrido). 

Aprovechamos un momento de calma y el viento nos deja descansar para tomar algo de nuestras mochilas (como siempre fruta y chocolatinas) pero hoy como estamos próximos a la Navidad, nos tomamos unos deliciosos polvorones.

Vamos ascendiendo y delante de nosotros ya podemos ver un gran mojón de obra, con señales del GR y que nos informa de los límites de los términos de Segorbe y Gátova. Hemos llegado al Collado del Portillo o Águila (780 msnm).
Nos asomamos a este balcón natural para saludar a la población de Gátova (que forma parte del Parque Natural de la Sierra Calderona) y veremos el sendero del GR10 que nos llevaría hacia Gátova y desde aquí hasta Lisboa. Junto al mojón se encuentra un poste de madera (roto) con flechas direccionales que nos informan en esta encrucijada de caminos.

Desde este mismo punto nace un camino cementado que nos conducirá serpenteando pero sin pérdida al Pico del Águila (878 msnm) que desde aquí se divisa recortado en el horizonte mas próximo (nosotros optamos por un sendero que casi en línea recta acorta este trecho, y que tomamos, también, para nuestro regreso).
En cualquier caso este último tramo asciende con importante desnivel que se acusa aún más por el cansancio que ya sentimos. 

Un esfuerzo más y ya estamos en la cumbre.

Nos reciben el vértice geodésico 66806 - Águila y la caseta de la Red de Observatorios Forestales de la Generalitat Valenciana, Pico del Águila, emplazados geográficamente en el término municipal de Gátova. 

Una visita por la cima nos permite ir disfrutando del maravilloso paisaje en este frío y oscuro día de invierno en el que el viento sopla con fuerza. Hacia el N vemos Segorbe. Nos vamos desplazando hacia el SW y descubrimos, también, un bonito refugio así como un mirador y merendero (Gátova a nuestros pies, 577 msnm), hacia el SE se distinguen Montemayor (892 msnm) y Peñas Blancas (839 msnm).

Cuando hemos terminado de saborear la cumbre y la magnífica panorámica de su entorno, regresamos sobre nuestros pasos hasta el Collado del Portillo o Cuatro Caminos, dando por finalizada esta bella ruta lineal y montañera.

Senderistas: Vicente Gimeno y el autor.
 

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