domingo, 7 de diciembre de 2008

Segorbe - El Salto de la Novia - Navajas

Segorbe, ciudad histórica y capital de la Comarca del Alto Palancia, nos permite disfrutar de unas magníficas vistas al Valle del Palancia, al Parque Natural de la Sierra de Espadán y Parque Natural de la Sierra Calderona.

Interiormente limita con el pequeño término de Navajas. Su linde circunvalatorio exterior es el siguiente: por NE, desde el término de Gaibiel con los de Vall de Almonacid, Castellnovo, Soneja, Sot de Ferrer y Algar, hasta el de Algimia de Alfara; por SE con el de Algimia de Alfara, Torres-Torres y Serra (en la provincia de Valencia); por SO con el término municipal de Gátova y por O término de Altura.

Desde Onda, por Artesa y CV-223, travesía de Tales y CV-200, travesía de Almedíjar y Castellnovo, llegaremos a Segorbe después de haber recorrido 36 Km, siendo este trayecto el más corto. También se puede llegar por la A-23.

Entrando a la ciudad de Segorbe y pasando por debajo de parte del acueducto, construido en el siglo XIV, para transportar el agua procedente del Manantial de la Esperanza al interior de la ciudad, y próximo a la Torre del Botxí (verdugo), del mismo siglo - y que conforman uno de los conjuntos monumentales más importantes de Segorbe - nos reciben y nos dirigen a la Fuente de los 50 caños (representan las provincias españolas con sus escudos heráldicos) , en la margen derecha del río Palancia en un magnífico marco de esparcimiento.

Por la citada margen derecha y hacia el curso superior del río Palancia dirigimos nuestra caminata junto a los chopos vestidos de otoño. Pronto veremos las marcas del PR (blanco y amarillo) junto a una empalizada que nos desvía a un camino flanqueado de árboles, plenos de caquis o palo santo (Ebenácea) y del tipo Astringente y Sharon, que accede a una carretera que nos va mostrando, a ambos lados de la misma, una amplia zona destinada al cultivo de regadío, en la que además de pequeñas huertas familiares, se cultivan frutales propios de la vega agrícola (caquis, nísperos y cerezas) junto a unas generosas viñas.

Nuestra jugosa y sabrosa caminata se termina cuando cruzamos un cementado puente sobre el río Palancia que nos remite a una intuitiva senda que asciende y que cerrada al paso a vehículos de motor mediante una cadena cruzada, nos señala la correcta dirección que llevamos.

Se abre una limpia senda que entre pinos y arbustos nos lleva sin pérdida hasta el extraordinario paraje natural del Salto de la Novia con la Cascada del Brazal (despeñadero de 60 m de altura), que vierte sus cristalinas aguas al cauce del río confundiéndose con las caprichosas y erosionadas rocas de su lecho, en el término municipal de Navajas. Zona muy turística que se puede visitar a lo largo de todo el año.

El Salto de la Novia, es el escenario de una antiquísima y trágica leyenda popular, protagonizada por una pareja de jóvenes, Sara y Luis. Al pie de la Cascada del Brazal, las novias debían saltar de una orilla a otra para demostrar su amor. Realizado el salto, Sara resbaló y golpeándose contra las rocas perdió el conocimiento. Luis, se lanzó a por ella, con tal infortunio que la corriente del río los arrastró. Intentó luchar contra la fuerte corriente pero fue en vano. Los cuerpos de los novios, dicen, nunca fueron encontrados.
Este trágica historia puso fin a una angustiosa tradición, dinamitando, además, esta parte del río, para hacer desaparecer el peligro.

En el museo de The Hispanic Society of América, en Nueva York, existe un pequeño cuadro, obra de Francisco de Goya y Lucientes, que representa la leyenda del "Salto de la Novia". Efectivamente, hay constancia de la presencia de Goya en Valencia a principios del siglo XIX, con motivo de una enfermedad.
Por entonces Navajas ya tenía fama, entre los médicos valencianos, de las cualidades de sus aguas medicinales por lo que pasaría una temporada en Navajas, para reponerse, y enamorado ante el precioso paraje y su citada leyenda, desarrollara su trabajo.

Hoy en día, es lugar preferido para ceremonias, y en las noches de los sábados de verano se convierte en Auditorio Natural, donde se realiza el Ciclo Internacional de Conciertos, con orquestas de cámara, quintetos de metal, jazz, bandas de música y festival de coros.

Frente a la cascada se encuentra el monte Rascaña y en su interior su enigmática Cueva del Reloj, que debe su nombre a una puntiaguda roca que se encuentra en la entrada y cuya proyección por los rayos del Sol, señalaba la hora para los agricultores, que frente a ella, trabajaban los campos.

Visitamos la Fuente del Curso, en el mismo paraje, para regresar al camino que habíamos dejado y cruzar un puente cementado que nos dejará en la Fuente de Mossen Miguel, de seis generosos caños.
Muy cerca se encuentra una zona conocida como la Cascada del Tío Juan (haciendo referencia a Juan Torres, antiguo propietario y ex-alcalde de Navajas). Este paraje se compone de unas formaciones originadas por el agua y la abundante vegetación que lo rodea y que debido a las preciosas vistas que ofrece, ha recibido el nombre del Mirador del Paraíso.
Nos sorprenden, en nuestro camino, nuevas fuentes: Fuente del Hierro (1925) de trece caños, Fuente de Ntra. Sra. de la Luz, de dos caños, Fuente de la Peña (1912) de un sólo caño, hasta que decidimos entrar a visitar la población de Navajas y más concretamente el conjunto escultórico que recrea la leyenda del Salto de la Novia.

Desde el Paseo de los Pinos, contemplamos ya esta maravillosa composición, que nos atrae para observarla de cerca. Se trata de una obra del escultor natural de Navajas D. Manuel Rodríguez Vázquez, famoso por sus bellas esculturas. También es el autor de la escultura del torero Montoliu, en la fachada de la plaza de toros de Valencia y la de Vinatea en la Plaza del Ayuntamiento de la misma ciudad.

Desde aquí regresamos sobre nuestros pasos hacia Segorbe, dando por finalizada la maravillosa y sorprendente ruta de esta semana.

Senderistas: Vicente Gimeno, Jorge Vidal y el autor.

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