
Considerado como el más antiguo de la provincia, el Calvario de Onda estuvo anteriormente en la falda del Castillo, algunos historiadores indican que de 1339 a 1732 estuvo en dicho emplazamiento.
Solamente quedan en pie la Ermita de Santa Catalina y la Capilla del Calvario, que se encuentra a la derecha de lo que sería la puerta principal del Convento, añadida en el siglo XVIII como almacén y destinada en 1836 a capilla.
Formando un recorrido zigzagueante desde el Cementerio hasta las ruinas del Convento de San Francisco, el Calvario constituye una de las imágenes de mayor impacto visual de los alrededores de la población.Historia y descripción
Fue fundado en 1455 a petición del pueblo, y habitado por frailes franciscanos. Solamente quedan en pie la Ermita de Santa Catalina y la Capilla del Calvario, que se encuentra a la derecha de lo que sería la puerta principal del convento, añadida en el siglo xviii como almacén y destinada en 1836 a capilla. El resto de muros del convento no permiten deducir ningún tipo de funcionalidad concreta; solamente una edificación de tres pisos al sur del yacimiento con una arcada en el piso superior, característica de las construcciones valencianas de los siglos XVI al XVIII.
También se detecta la presencia de subterráneos y de lo que sería una cisterna. El historiador Mundina nos dice que la iglesia, de orden corintio, era muy espaciosa.
Durante la Guerra de la Independencia fue utilizada como cuartel de los españoles y como hospital, ocupado después por los franceses. Mientras tanto, los religiosos se trasladaron a la población y volvieron a ocuparlo después de la guerra.
En 1836 fue desamortizado con una exclaustración forzosa de los frailes, e incendiado ese mismo año por voluntarios portugueses que estaban encuadrados en el ejército liberal-cristino bajo el mando del general Manuel Bretón del Río y Fernández de Jubera, destruyéndose definitivamente y quedando solamente la ermita actual (1982).
Formando un recorrido zigzagueante desde el Cementerio hasta las ruinas del Convento de San Francisco, el Calvario constituye una de las imágenes de mayor impacto visual de los alrededores de la población.
Entramos en Artesa por su zona mas alta, por el "Carrer Calvari" más concretamente, cruzamos la carretera y bajamos hasta encontrarnos con el lavadero público, cruzamos el río Anna, en dirección a las Cuevas Heladas, bordeamos este río y encontraremos una acequia que nos servirá de hilo conductor todo el tiempo que estemos visitando las Cuevas Heladas (mucha precaución pues no son seguras y por supuesto no es practicable para niños, el paso lo es por el ribazo y a la otra parte está el desnivel con el río Anna, con abundantes y espesas zarzas).
Entramos en Artesa por su zona mas alta, por el "Carrer Calvari" más concretamente, cruzamos la carretera y bajamos hasta encontrarnos con el lavadero público, cruzamos el río Anna, en dirección a las Cuevas Heladas, bordeamos este río y encontraremos una acequia que nos servirá de hilo conductor todo el tiempo que estemos visitando las Cuevas Heladas (mucha precaución pues no son seguras y por supuesto no es practicable para niños, el paso lo es por el ribazo y a la otra parte está el desnivel con el río Anna, con abundantes y espesas zarzas).
Entramos en Artesa por su zona mas alta, por el "Carrer Calvari" más concretamente, cruzamos la carretera y bajamos hasta encontrarnos con el lavadero público, cruzamos el río Anna, en dirección a las Cuevas Heladas, bordeamos este río y encontraremos una acequia que nos servirá de hilo conductor todo el tiempo que estemos visitando las Cuevas Heladas (mucha precaución pues no son seguras y por supuesto no es practicable para niños, el paso lo es por el ribazo y a la otra parte está el desnivel con el río Anna, con abundantes y espesas zarzas).