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sábado, 9 de junio de 2007
Senderos de Gran Recorrido
El sendero homologado, es una instalación deportiva, identificada por las marcas registradas de GR®, PR® ó SL®, que se desarrolla preferentemente en el medio natural y sobre viales tradicionales y que se encuentra homologado por la federación autonómica y/o territorial correspondiente.
Senderos de Gran Recorrido: Se identifican con los colores blanco y rojo y con las siglas GR. La asignación de la numeración será competencia de la FEDME, pero la gestión de los mismos dependerá de cada federación autonómica y/o territorial, en el tramo que discurra por su territorio. Será condición necesaria, que su recorrido andando precise de más de una jornada, con una longitud mínima de 50 kms.
Este tipo de sendero puede tener asociados enlaces, derivaciones y variantes, que se señalizarán con el código de color de los GR. La rotulación de un sendero de Gran Recorrido son las letras G y R (mayúsculas, sin espacio ni puntos entre ellas) + espacio en blanco + el numeral que corresponda. P.ej.: GR®(espacio)34 Las federaciones autonómicas y/o territoriales por las que discurra un sendero GR® interautonómico, llegarán a los acuerdos necesarios para homogeneizar al máximo las características del mismo.
Entre unos magníficos helechos, Asplenium onopteris
En la font de l´Avellaner
Flecha direccional
Paisaje en verde intenso
Los geógrafos tomaron el término de la pintura, y denominaron paisaje a las características de una región. En el caso de un paisaje natural, sus características incluyen el relieve, el clima y también los seres vivos que lo habitan.
En rigor, actualmente casi no existen paisajes naturales, pues la acción humana, de manera directa o indirecta, ha impactado en toda la superficie terrestre.
De todas maneras, aún se pueden registrar regiones en donde la interacción entre el clima y los elementos geológicos y biológicos se mantiene relativamente intacta. Ejemplos de ello son el Polo Norte y el Polo Sur, las cadenas montañosas del Himalaya y los Andes y zonas desérticas, como el Sahara o el Valle de la Muerte, en el desierto de Mojave.
En general, se trata de lugares que, por las características de su suelo o bien, por su clima o altura, resultan inhabitables para el ser humano, y que tampoco cuentan con materias primas que puedan ser explotadas.