Desde Onda y por la CV-20 encontraremos la población de Cirat a unos 31 km de distancia por una agradable carretera y ya cuando divisemos Cirat se observa su localización en las proximidades del fondo aluvial del río Mijares. Estamos en el tramo central del valle.
Encima del pueblo se extiende el antiguo cauce del Barranco de la Losa, que fue capturado por el de las Salinas (desde el Castillo de Cirat se observa tan cercano como extraordinario y altivo). En el fondo de su cuenca, entre el bloque de la Noguerica y el Campero, se encuentra Cirat.
Sirva esta bella postal a modo de introducción de lo que mas tarde nos reservaba el día, en una inestable primavera con lluvia y al atardecer con niebla, mucha niebla..., que terminó envolviéndonos a nuestro regreso a Cirat.
La Villa de Cirat es la capital de la comarca del Alto Mijares a la que pertenece. Está situada en un pequeño rellano y junto a la margen derecha (meridional) del río Mijares, sobre terreno Triásico (margas yesosas).
El río Mijares que cruza su término de Oeste a Este en un recorrido sinuoso, unido a su geografía abrupta surcada por barrancos y montes de casi 1.000 m de altitud, le confieren un carácter tan especial como amable y hospitalario.
Aparcamos nuestro vehículo y nos dirigimos al bar de la plaza para tomar un café (aún no son las ocho de la mañana...) cuando nos llama agradablemente la atención una azada, puesta con mimo, junto a la puerta del bar. Sin duda una bella estampa de la laboriosidad de Cirat. Tuvimos ocasión de compartir un momento de charla con su dueño para comentar nuestra ruta y sobre Pandiel (primer asentamiento de lo que mas tarde sería el actual Cirat) y que se encuentra en ruinas.
Nuestro itinerario nos llevará desde la comarca del Alto Mijares (Cirat) al Parque Natural de la Sierra de Espadán (Fuentes de Ayódar).
Cruzamos el pueblo para pasar junto al Palacio fortificado de los Condes de Cirat (siglo XIV) y actualmente transformado. Junto a él se encuentra la Torre del Conde, antaño comunicada con el Palacio, mediante un paso elevado y que alimenta toda clase de leyendas populares. Nuestros pasos van dirigidos hacia la Avenida de la Jara Macil, y por una pista asfaltada, vamos dejando atrás unos corrales y una era hasta que llegamos a un camino que sigue por la margen izquierda del Barranco de Las Salinas, donde el discurrir de las aguas forman unas piscinas naturales (en realidad son pozos naturales) que hacen de zona de baños, nos encontramos con el Pozo de la Caldereta, la Bañera y el Pozo Negro, entre otros.
Cruzamos el barranco no sin antes admirar sus matices y colores iluminados por la lluvia que empezaba a llegar. Nuestro camino ha virado y remonta convertido en pista forestal por la margen derecha del barranco. Vemos unas flechas direccionales de madera y pintadas, en parte, de vivos colores que tanto nos gustan y que confirman nuestra correcta dirección (color rojo) con algunas rutas más.
Cirat se va quedando atrás, abajo y hacia nuestra izquierda a medida que avanzamos por esta amable pista forestal que nos permite divisar (desde arriba) la zona de acampada habilitada junto al río Mijares.
Alcanzamos la Casa de Cueva Honda que se encuentra en ruinas y delante de nosotros, en nuestro flanco izquierdo, se nos muestra la Cueva Honda - lugar de refugio de ganado ovino y sus pastores que junto a los rebaños de Aragón solían arrendar el cuarto de Las Sabinas. Nos encontramos ya en la Partida de Planes donde hay una balsa y muy próximo a la misma en un cruce en el camino existe un desvío hacia la izquierda con una flecha direccional de madera que nos informa de El Tormo (ya estamos pensando en hacer esta ruta...) y otra flecha que nos informa del Mirador de Cirat (2 Km) continuando en la misma dirección.
Nos maravillamos del entorno que nos rodea pues divisamos desde nuestra perspectiva como nuestro camino forestal serpentea adornado por aliagas que salpican el paisaje con sus flores amarillas junto al romero florecido y abundantes ejemplares de pino rodeno. Desde el Norte Penyagolosa nos observa y nos complace su recortada silueta en un paisaje lluvioso que no nos abandona.
El itinerario continúa en ascenso por este camino forestal, con marcas alternas de pintura roja sobre algunas rocas, a modo de hilo conductor hasta que en otro cruce de caminos observamos una señalización hacia la derecha - Mirador de Cirat (1 Km) - que es un balcón natural hacia la cuenca de Cirat; también se encuentran otras flechas direccionales de madera que nos informan y tranquilizan pues constatan nuestra correcta dirección.
Ya acertamos a divisar la Masía del Conde, delante de nosotros, que una vez rebasada nos llevará a una bifurcación de caminos - hacia la izquierda nos iríamos al Corral de los Muertos - y continuando por nuestro camino (una boca contraincendios de color rojo contrasta con los arbustos que la rodean) llegaremos al Barranco de Macasta.
En este punto coincidimos con el masovero de las Masías del Conde y Macasta y después de saludarlo disfrutamos de unos momentos de conversación. Estamos en los Zailes.
De nuevo, flechas de madera, en un cruce de caminos y que nos indican:
Macasta, hacia la derecha, perteneciente al término municipal de Torralba del Pinar, con la Fuente Macasta mas próxima y su Masía, precedida de una masa forestal plena de carrascas y Fuentes de Ayódar hacia la izquierda.
Dirigimos nuestros pasos en dirección a Fuentes de Ayódar cuando nuestro itinerario atraviesa una amplia depresión por donde circula el arroyo de Macasta. La hondonada del Barranco de Macasta es abierta y de suave pendiente, continuando por camino forestal nuestra caminata. El intenso amarillo de las flores de las aliagas predomina por donde se pose nuestra mirada pues es muy denso el matorral y escasa la ocupación agrícola en los bancales.
Encontramos una flecha direccional que nos informa - Montán - cuando el camino de tierra se termina y se transforma, a veces, en un parcheado camino de hormigón que sinuosamente desciende buscando con ansia la Masada. Una breve pero preciosa senda, corta la primera curva del camino, para continuar por el mismo hasta una bifurcación con flechas direccionales: Montán y Masada.
Se distinguen entre los pinos las ruinas del corral de ganado, denominado "El Corralico", en el fondo del Armajal (hondonada mas baja y casi cerrada, como una cubeta) a medida que descendemos por la pista y nos desviamos hacia la derecha obedeciendo la flecha direccional - Fuente la Masada - para refrescarnos y descansar bajo su lentisco.
Efectivamente en la Masadica y a 740 msnm, hallaremos un lentisco monumental cuya edad estimada es de 200 años. Posee una altura de 3,50 m y el diámetro de su copa es, en orientación N-S de 10 m y de E-O, de 5 m, a pesar de ser un arbusto. Enraizado en un muro este arbusto está catalogado como notable y singular. Es un auténtico monumento natural que hay que cuidar y proteger.
Se trata del lentisco de mayores dimensiones de la Comunidad Valenciana.
Después de refrescarnos en la fuente y disfrutado del hallazgo regresamos sobre nuestros propios pasos para alcanzar "El Corralico", a nuestra derecha ya detectamos la llegada del río Chico que deja una huerta y el molino de trigo del tío Alfredo que funcionó hasta 1940 y que actualmente se encuentra en ruinas. Salimos del Armajal y por la ladera Sur de la Solana (743 msnm y orientación nordeste) nos acercamos a la población de Fuentes de Ayódar.
Un paseo por sus calles nos llevará hasta la Fuente El Cañar donde descansamos y recuperamos fuerzas con fruta y chocolatinas, de nuestras mochilas, además de refrescarnos.
Iniciamos nuestro regreso hacia Cirat sobre nuestros propios pasos. La niebla y la llovizna serán nuestros molestos compañeros y tan fieles que no nos dejarán hasta que completemos esta larga y lineal ruta que nos ha llevado mas de ocho horas para culminarla. Magnífica experiencia en un extraordinario marco y que tan felices nos ha hecho.
Senderistas: Vicente Gimeno y el autor.
1 comentario:
Para el Autor y para Vicente Gimeno
una felicitacion .El trabajo que estan haciendo es realmente bueno.
A ustedes si me les quito el sombrero.
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