sábado, 24 de mayo de 2008

Calle típica, en Aín


Torre Campanario, de la iglesia de San Miguel (siglo XVIII), en Aín


Una calle, en Aín




Calvario (siglo XVIII) y Aín, al fondo


De regreso a Aín, en dirección al barranco de la Caridad


Regresando


Caminando por el barranco de Almanzor


Barranco de Almanzor, denso y cerrado como la selva


Pteridium aquilinum (Helecho), en el Barranco de Almanzor en Almedijar


Barranco de Almanzor

Exhuberante y mágico.

El Barranco de Almanzor es uno de los barrancos, de nuestra querida Sierra de Espadán, que más intensamente enamora y en el que se pueden distinguir dos partes: la parte más alta es el llamado Barranc de la Font Calenta y la parte baja se denomina la Rambla de Almedíjar.

A nuestro encuentro


Paisaje, senda y baliza


Quercus suber, en nuestra ruta


El autor, satisfacción ante un gran Quercus

                            ¡Me alegro de volver a verte, viejo amigo!


Quercus suber, magnífico y soberbio


Pista de tierra, en descenso


Marcas de señalización en esta ruta


Conexión con la carretera de Aín-Almedíjar


Senda ascendente


Panorámica de una radiante mañana


Senda pedregosa


Barranco de la Caridad


Alcornoques y pinos en el Barranco de la Caridad


Castillo de Aín, en un monte cercano


Arco-Acueducto y Molí de L´Arc, a nuestro paso


Camino del Barranco de la Caridad


Flechas direccionales


Del Barranco de la Caridad de Aín, al Barranco de Almanzor de Almedijar



Aín, de indudable origen islámico y cuyo nombre significa en árabe "fuente". Tan pintoresco, como sencillo y como bello, tanto es así que enamora al visitante ocasional y mucho mas si se le conoce.

Linda por el Este, con el partido de Nules (término de Eslida), por el SO, con Almedíjar, Norte con Alcudia de Veo, Sur con Azuébar y Chóvar y No con Algimia de Almonacid, su término está compuesto de cañadas y valles.
Desde Onda a unos 18 Km por la carretera CV-223, en una mañana calurosa y radiante en esta primavera, llegamos a Aín.
La ruta de esta semana se inicia en esta población enclavada en pleno corazón del parque natural de la Sierra de Espadán y cercada de altas montañas.
Dirigimos nuestros pasos en dirección al Calvario que está rodeado de un bosque de encinas, y podemos ver, a los pies de un nogal, un poste de señalización de varias rutas: Gran Recorrido - GR (rojo y blanco) y Sendero Local - SL (verde y blanco).
Desde Aín es posible realizar varias rutas y combinarlas entre sí, descubriendo y disfrutando en cada una de ellas, pues un regalo de la madre Naturaleza, son estas tierras. Y por si fuera poco se une otra más, como es la de Pequeño Recorrido - PR (amarillo y blanco). Esta ruta, pretende ser un buen ejemplo de la combinación entre ellas.
Continuamos nuestra marcha por el Barranco de la Caridad, en el que nos sorprendemos ante un Arco-Acueducto, para canalizar las aguas de este barranco y el Molí de L´Arc (molino de harina) y ascendiendo como si fuéramos en dirección hacia el Castillo de Aín, una senda pedregosa nos recibirá junto a un sólido ribazo que pronto y junto a una señalización con el logotipo de la Sierra de Espadán, se bifurca la senda local - que vamos a tomar - dejando el Castillo arriba, en un monte cercano y a nuestra izquierda. Su Torre del Homenaje es testigo de nuestro paso y nos reconoce de una visita anterior a esta auténtica fortaleza morisca del siglo X (le dedicaremos un artículo).

La biodiversidad natural no nos ha dejado de acompañar desde el Barranco de la Caridad y sigue acompañándonos y nos rodea, frondosos bosques de alcornoques (Quercus suber), encinas, carrascas, chopos, sauces y pinos pueblan estos montes que envuelven Aín.
Es dura la subida por estos montes, pronunciadas sendas estrechas y cruzadas muchas veces, por los tallos erectos y colgantes - de las zarzas - cuyos tallos reptan por los suelos y trepan otros, cruzados en el camino y que nos obligan a apartarlos con cuidadoso esmero pues su saludo es espinoso.
Hasta que alcanzamos el punto alto de la senda, que paradójicamente termina en la carretera CV-200, que va de Aín a Almedíjar. No hay lugar a dudas pues está señalizada la bionda metálica de la carretera y la señal de tráfico, como SL.
Nos incorporamos con cautela a la mencionada carretera (pues hay un cambio rasante) y cruzándola hacia la derecha, iniciamos y continuamos, respectivamente, este ramal de la ruta, señalizada a la derecha y en la pared rocosa, con trazos de pintura de color blanco, amarillo y verde.
Descendemos por esta seca, cálida y pronunciada pista cementada que al final del primer recodo a la izquierda ya es de tierra y pronto nos encontramos rodeados por frondosos bosques, plenos de extraordinarios y soberbios Quercus, que nos empequeñecen con su presencia y tamaño.
Estamos inmersos y en complicidad con la madre Naturaleza, arroyos por doquier nos refrescarán en la ruta, el sonido del discurrir de sus limpias y cristalinas aguas nos relajan, ... de nuestro cansancio ya manifiesto, ... el canto de los pájaros a nuestro paso, notables helechos, magníficos ejemplares de alcornoques, chopos, ... nos encontramos en pleno Barranco de Almanzor, esta senda que lo cruza con su preciosa, variada, cerrada y abundante vegetación es de fácil caminar, sombría y por lo tanto fresca y húmeda, como corresponde al bosque típico de la Sierra de Espadán siendo lo mas parecido a la selva que a otra cosa. Nuestros pantalones y botas se encuentran mojados.
Este microclima contrastará muy pronto con la solana, seca y cálida pista, con la que nos encontraremos en cuanto salgamos del Barranco de Almanzor en nuestro trayecto final hacia Almedijar y que pronto secará nuestras prendas y calzados.
Regresamos sobre nuestros pasos y una nueva y buena ración del Barranco de Almanzor, nos espera, quizás ahora disfrutamos mas de él, pues nuestros ojos se han acostumbrado y se fijan mas y mejor.
Cuando salimos de él una empinada pista de tierra primero y cementada después, en plena solana nos espera, antes de alcanzar el tramo de carretera que mucho antes habíamos cruzado de izquierda a derecha, siendo ahora a la inversa, descendiendo por la senda, dejando atrás y la izquierda la carretera.
Se agradecen las ráfagas de viento que nos refrescan, en un día caluroso, por esta pista y que prácticamente no cesan hasta llegar al Barranco de la Caridad, muy frecuentado por excursionistas a estas horas ya próximas al almuerzo del sábado.
Un paseo por las cuidadas calles de Aín y sus tradicionales y blanqueadas fachadas, aumentan nuestra satisfacción, en esta dura ruta realizada con entusiasmo y muchas ganas de compartirla con Uds.
Senderistas: Vicente Gimeno y el autor.
Nota: El Track de esta ruta está disponible en la sección, Waypoints y Tracks, del blog.