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domingo, 30 de mayo de 2010

Artículo de colaboración en LA BRÚIXOLA de Valencia. Almedíjar y el Barranco de Almanzor







Nuestro último encuentro senderista ha sido en el mes de Mayo y en Almedíjar, perteneciente a la comarca castellonense del Alto Palancia y cuyo término municipal se encuentra completamente dentro de los límites del Parque Natural de la Sierra de Espadán.

Hemos tenido el privilegio de conocer la exuberante belleza de los alcornocales más extensos y mejor conservados de toda Europa, así como gran abundancia de pinos y carrascas.

Nos reunimos un importante grupo de senderistas, hasta un total de 40, para disfrutar de esta extraordinaria ruta por la Rambla de Almedíjar y el Barranco de Almanzor, considerado como uno de los rincones más preciosos de nuestra querida Sierra Espadán.

Al finalizar este magnífico recorrido degustamos en una reconocida Casa Rural, de una cocina artesana y sencilla, elaborada con productos locales de calidad e inspirada en platos típicos de la cocina tradicional de la comarca del Alto Palancia.

Así pues dimos buena cuenta de una variedad de Quesos, Embutidos, Olla de Acelgas y Postre Casero, así como de una exquisita infusión de Poleo de monte.

Desde aquí, quiero agradeceros vuestra participación (la más numerosa hasta la fecha) en esta jornada doblemente festiva y en la que la suma de amistades nos permitirá realizar mas encuentros de estas características y que tanto nos enriquecen.

Saludos senderistas.

Nota: Hemos contado con la grata compañía de amigos y compañeros procedentes de: Torrent, Picanya, Carlet, Ribesalbes, Fanzara, Onda y Valencia, entre los que se encontraban la Associació Cultural LA BRÚIXOLA.

Y hemos echado de menos a los amigos de Castellón y Teruel, que no han podido acompañarnos en esta ruta, deseando que puedan hacerlo, en la próxima.


Associació Cultural LA BRÚIXOLA
Avgda. Blasco Ibañez, nº 142 - Pta. 50
46022 - València
Correu electrònic: bruixola@ono.com
Publicació BRÚIXOLA-28 (abril-maig-juny-juliol-2010)
Editada perAssociació Cultural LA BRÚIXOLA

Portada: Ramón

sábado, 20 de marzo de 2010

La Brúixola de Valencia. Bon Any 2010.


La Brúixola de Valencia, en su nº 27, publica nuestra visita a la querida población de Aín y a su Castillo Árabe, en recuerdo del IV Centenario de la expulsión del Antiguo Reino de Valencia del pueblo morisco (1609-2009) con una magnífica portada de Ramón, como a las que ya nos tiene acostumbrados.

A pesar del mal tiempo, fue una alegre jornada y sobre todo amistosa, disfrutándola plenamente todos los componentes del numeroso grupo que la conformamos.

Una vez más mi reconocimiento a todos ellos por su positiva actitud y en particular a los amigos de La Brúixola, con los que tanto me gusta compartir estos encuentros senderistas y culturales.

Nuestro próximo encuentro será en el mes de Mayo donde recorreremos el frondoso bosque de grandes alcornoques por el histórico Barranco de Almanzor y disfrutaremos de la gastronomía y hospitalidad de la artesana población de Almedíjar.

Associació Cultural LA BRÚIXOLA
Avgda. Blasco Ibañez, nº 142 - Pta. 50
46022 - VALÈNCIA
Correu electrònic: bruixola@ono.com

Publicació BRÚIXOLA-27
(Gener-febrer-març- 2010)
Editada perAssociació Cultural LA BRÚIXOLA
Portada: Ramón

domingo, 28 de septiembre de 2008

Al Paraje de Mosquera por el Collado de Ibola y Cerro Gordo



Esta ruta se inicia y asciende desde el collado de Ibola, importante paso natural entre dos comarcas: La Plana Baixa y el Alto Palancia, por donde actualmente cruza la carretera CV-200 (Aín-Almedíjar) y punto de inflexión natural de las aguas hacia el río Palancia.
Desde este collado, muy conocido por los senderistas, se puede acceder al pico Espadán así como dirigirnos a la población vecina de Almedijar, por la fantástica y maravillosa Rambla de Almanzor o de Almedijar.
Hay un claro en el que se pueden aparcar varios vehículos.
Una vez posicionados en el collado, descubriremos una disimulada senda que nace a la izquierda, señalizada con una fita de piedras, que hemos reforzado. Hay otra senda que sube pero la rechazamos. Al principio parece una senda perdida pues tan apenas nos deja paso libre hasta que vemos las marcas del sendero PR (blanco y amarillo) en las piedras de unos ribazos y en el tronco de un pino rodeno, que nos relaja y confirma nuestra correcta dirección. Vamos en progresiva ascensión y con un desnivel considerable, en esta melancólica mañana de otoño, donde la niebla en la Sierra de Espadán nos ha dado ya la bienvenida.
La luz del día empieza a iluminar el NO y hacia el E, que es a nuestra izquierda, vemos el castillo de Aín que nos observa como nos alejamos.
Ya vemos la despejada y escotada cumbre de Cerro Gordo (938 msnm) que nos permite asomarnos a sus dos vertientes (a la Rambla de Almanzor y al Barranc de la Caritat) para disfrutar de unas panorámicas extraordinarias de la Sierra de Espadán - La Rápita, pico Espadán, Gurugú, Peña Pastor, Batalla, L´Aljub y pico Bellota. El sendero continúa bien señalizado como PR mientras crestea en un suave tobogán; un poste de madera informa de nuestra ubicación - Cerro Gordo - y muy cerca y a nuestro alrededor observamos la actividad de los jabalíes, pues a nuestro paso el efecto de sus hozaduras es evidente...
El sendero cruza el collado de Ereta y continúa por las laderas de Peña Blanca (966 msnm) hasta llegar al collado Mosquera o Peña Blanca (900 msnm) donde un cruce de caminos nos llena de incertidumbre..., nos encontramos con un nuevo acto de vandalismo, pues un poste de madera roto nada nos puede informar. De nuevo, la brújula será nuestro más fiel aliado, al orientarnos hacia el SO.
La senda deja de estar marcada por el PR, no obstante nuestra dirección es correcta y en descenso (rechazando otras sendas), y sin pérdida nos llevará a un maravilloso y fantástico alcornocal (Quercus suber) donde ejemplares centenarios de gran porte, nos empequeñecen, junto a otros de menor envergadura y que por doquier se encuentran, alternándose con gigantescas pedreras de Peña Blanca.
Nos encontramos en otro mundo, en un microclima propio, pleno de vegetación y con un tupido bosque de una belleza inmensa.
Embrujados por este bosque y sus formas casi fantasmagóricas recorremos poco más de 1,5 Km hasta que vemos en una zona de solana, una era circular, un pajar y un corral para las ovejas que hibernaban en la zona. Un gran sentimiento de felicidad se nos apodera, por fin vamos a conocer la histórica y ya mítica Casa de Mosquera.
Efectivamente, a unos cien metros, su imagen se nos aparece entre lo árboles, nos estaba esperando...
Una mezcla de emoción, alegría y sorpresa nos invaden a medida que vamos visitando la Casa de Mosquera. Su estado de abandono y deterioro general no nos quitan la ilusión de conocerla de cerca pues su existencia desde antes de 1861 y su historia son tan grandes e importantes para esta comarca y sus gentes que nuestro tributo se queda pequeño, pero eso sí, sincero.
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".. Se trata de una casa aislada, con dos crujías, con planta baja, primer piso y altillo, con muros de carga paralelos a la fachada y un eje transversal que relaciona las dos crujías. Siguiendo el modelo tradicional de las casas valencianas aisladas, podemos ver la puerta de entrada y otra posterior. En cada fachada se abren tres vanos; la ventana central del primer piso se abre en balcón.
La planta baja sería el espacio mas frecuentado de la casa, utilizada como vivienda de los caseros. Se configura con una doble entrada (en cada una de las fachadas) siendo la principal la que se orienta al Este, con una pequeña plaza que servía para reuniones y baile, en su época de esplendor.
A la derecha de la puerta principal se encuentra la cocina, a la izquierda dos habitaciones y al fondo a la derecha la escalera de acceso al segundo piso, en cuyo hueco se habilita una alacena.
El primer piso, es la estancia noble, concebida como residencia de los propietarios de la finca durante el escaso tiempo que pasaban en la zona. Todavía se conserva la decoración de las paredes, con adornos geométricos pintados, que servían para resaltar la importancia y privilegio de este primer piso frente al resto de uso cotidiano.
El altillo se configura como un espacio único, en el que se instala un depósito para almacenar el agua que llegaba desde la cercana fuente del Cossio.
Pegado al lateral del edificio principal encontramos una construcción con tejado a dos aguas y puertas que dan a los laterales de las fachadas de la masía. Por una de ellas entraba el carruaje (junto a la fachada principal), y la otra daba acceso a un corral para los animales domésticos, así como a un horno para pan..."
MOSQUERA, Etnología de un paisaje rural de la Sierra de Espadán
Pablo Vidal González
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Con tristeza nos vamos de la Casa de Mosquera, con un hasta pronto. Si descendemos al centro del valle por la pista de la izquierda nos llevaría hasta Azuébar, pero rechazamos esta opción para seguir recto por una pista histórica que comunica la masía con la carretera de Almedíjar con Aín.
Esta pista discurre paralela al valle de la Falaguera, conformando el Paraje de Mosquera, un área de 140 Hectáreas de extensión, que constituyen seguramente el mejor exponente de bosque mediterráneo de toda la Comunidad Valenciana, por conservar uno de los más amplios alcornocales en estado primigenio de toda la Sierra de Espadán, que bordean los márgenes del Barranco de Falaguera.
No podemos evitar volver la vista atrás para contemplar desde la distancia la localización de la masía, en una estrechez del valle y sobre un roquedal, mientras este último tramo de nuestra ruta, horizontal y cómodo, se hace espectacular por la frondosidad del paraje natural que nos acompaña.
La pista desciende hasta la CV-200 y por la izquierda de la carretera (en dirección a Aín) y a unos 500 m, entre las biondas, se abre una sorprendente senda que nos llevaría, en descenso pronunciado, a la Rambla de Almanzor o Almedíjar que remontando la misma y en dirección al Camí de la Serra y desvío hacia la derecha nos conducirá hasta el collado de Ibola, punto de partida y regreso de esta sorprendente e histórica ruta circular de senderismo, que ningún senderista debería perderse. También se puede optar por remontar la CV-200 en dirección a Aín, hasta el collado de Ibola (unos 3,5 Km aproximadamente).
Senderistas: Vicente Gimeno, Jorge Vidal y el autor.

domingo, 17 de agosto de 2008

Senda en el Barranco de Almanzor

Pedreras

Pedreras - Pedrizas - Canchales

En el Barranco de Almanzor

Adelfa, Nerium oleander




Vicente Gimeno ante un gran Quercus


Contrastes

El contraste entre el Sol y la sombra en la naturaleza se manifiesta como una diferencia entre la luz intensa y las zonas oscuras, creando una dinámica visual que puede ser suave o dramática. El Sol crea iluminaciones fuertes y sombras nítidas, mientras que un día nublado o la neblina difuminan la luz, suavizando el contraste y creando una atmósfera más uniforme y tranquila. Este contraste se puede usar para resaltar formas, crear profundidad, y evocar diferentes emociones, como el dramatismo o la serenidad. 

Senda aérea


Almedíjar - Pico Espadán

Nuestro punto de partida en la ruta de esta semana es desde la encantadora y hospitalaria población de Almedíjar, situada en la falda meridional de la Sierra de Espadán en la cuenca izquierda del río Palancia.
Nuestro recorrido va a ser el siguiente: Almedíjar - Barranco de Almanzor - Camí de la Serra - Collado de Torres - Pico de Espadán y regreso.
Limita al N con Algimia y Vall de Almonacid, al E con Aín y Azuébar, al S con Soneja y al O con Castellnovo.
Aparcamos nuestro vehículo a la entrada del pueblo y nos disponemos a cruzarlo para llegar al Barranco de Almanzor. Desconocíamos que Almedíjar estuviera en fiestas. Efectivamente, son las Fiestas Patronales en honor de la Divina Pastora y los Santos de la Piedra. Se celebra el 14 de Agosto con misas, procesiones, verbenas, vaquillas y toros embolados.
Las calles están adornadas con gallardets y hay muchos vecinos en la calle a los que les cuesta dar por finalizada la noche (son las 7:45 AM); cruzamos la Plaza de la Iglesia, y la del Ayuntamiento y pasamos por la Calle Acequia y Calle Barrio.

Pronto dejamos el pueblo y por pista cementada vemos una cuidada área recreativa a nuestra derecha (a la sombra de un buen pinar) y mas adelante una fuente, aljibe y el Pozo Casicas (1984) engalanado de blanco.

Las marcas de PR (blanca y amarilla) nos indican el recorrido correcto que pronto se adivina muy interesante por la variedad y la riqueza de la vida vegetal que nos rodea en el Barranco de Almanzor, tal parece como si estuviéramos en la selva. Las laderas de las montañas que podemos ver están vestidas de diferentes verdes y todo a nuestro alrededor es una eclosión de la Naturaleza.

Junto al camino que llevamos, a la derecha y escondido, como protegiéndose de los intrusos, nace una senda intuitiva y con perseverancia el compañero senderista recién incorporado a nuestras caminatas, Jorge Vidal, descubre el Castaño monumental, denominada también "La Castañera", y del que tanto habíamos oído hablar. Se trata de un magnífico ejemplar de casi 15 m de altura y una edad de unos 350 años. Es un árbol propio de climas mas frescos por lo que su presencia por estas latitudes evidencia la intervención del hombre así como ocurre también con los pequeños bosques de castaños del Barranco de la Juliana y en las proximidades del poblado abandonado de Xinquer.
Recuperados de la sorpresa e inmensa alegría retomamos nuestro camino de tierra y con cierta tristeza comprobamos como algunos postes de señalización están desmontados y/o descuidados, por lo que no cumplen con su función que es la de informar y orientar.
Señorean el paisaje unas sendas aéreas que nos acercan a los pies de los grandes quercus siempre acompañados por las adelfas del barranco y hermosos y crecidos helechos, cuando llegamos a la fuente Almanzor. Nuestra situación de umbría contrasta con la intensa luminosidad de las montañas en un día implacable de Agosto y con viento de poniente que hace que la temperatura al mediodía alcance los 40º C que nos obliga a hidratarnos con mas frecuencia.
Podemos ver las pedreras en la montaña como lenguas de sílice. Son auténticas calvas de vegetación, que contrastan con el paisaje y sus verdes tonalidades.
Alcanzamos el Camí de la Serra y nos desviamos hacia la izquierda y en ascenso por esta pista forestal (hay una flecha blanca pintada en la roca de enfrente) amplia, limpia y cómoda, pero poco o nada nos facilita nuestra subida hacia el Collado de Torres, en un día asfixiante y seco, al haber contadas sombras que nos cobijen. Aprovechamos un recodo del Camí, para descansar y tomar fruta, chocolatinas y líquidos varios.
El ascenso se hace pesado y agotador cuando ya vemos una bifurcación de la pista y mas ancha, con fita de piedras y nueva flecha blanca pintada en la roca junto al camino que nos indica la dirección a seguir (a la derecha y hacia arriba).
Vemos un águila por las montañas y nuevas pedreras distraen nuestra atención hasta que alcanzamos el Collado de Torres; nueva bifurcación de la pista, rechazando continuar recto pues nos llevaría hasta la Nevera de Algimia, así pues giramos a la derecha donde veremos un cartel que nos informa que estamos en una Microrreserva de Flora y por tanto lugar protegido por la ley.
La pista pronto cede su protagonismo a abruptos desniveles, plenos de raíces y rocas, que nos sirven de escalones naturales para ir progresivamente ganando altura hasta alcanzar la cumbre del Espadán, al final ayudándonos con las manos.
El Pico Espadán de 1.099 msnm, casi envuelto por grandes bloques de rodeno dispuestos caprichosa e irregularmente.
Ya habíamos estado en la cima pero de nuevo disfrutamos de las maravillosas panorámicas y como en un juego, vamos completando los nombres de los pueblos que alcanzamos a ver, así como sus castillos y montañas..., el Penyagolosa preside la escena.
Cuando decidimos descender lo hacemos con mucho cuidado pues el desnivel es pronunciado y al pasar por entre los dos pinos que flanquean la senda, vemos una fita de piedras que nos informa con una flecha de la pista (a la izquierda) por la que iremos descendiendo hasta el Collado de Torres y en la bifurcación de la pista tomaremos la de la izquierda, desde aquí, para continuar por el Camí de la Serra, hasta que a nuestra derecha, encontraremos una fita de piedras que nos encauzará por el Barranco de Almanzor y nos devolverá hasta Almedíjar.
En la fuente del merendero de los Pinos, nos refrescamos, nos cambiamos de ropa y aseamos para dirigirnos a la Posada de Almedíjar (antigua La Surera) cruzando de nuevo el pueblo. Vemos los preparativos de las fiestas y su ambiente.
En la Posada de Almedíjar nos esperaba una mesa para cuatro para degustar una comida tradicional y una repostería casera deliciosa, todo ello con cerveza, gaseosa y agua bien frías.
Ambiente familiar, buena cocina y a buen precio. Menú a 15€ por persona.
Una buena sobremesa en auténtico ambiente de camaradería ponen punto final a esta ruta tan encantadora como larga y dura.
Hemos escogido el día mas caluroso en años, según recuerdan los mas mayores...
Senderistas: Vicente Gimeno, Josep Vidal, Jorge Vidal y el autor.
Nota: Cuando accedemos al Camí de la Serra, vemos los helicópteros de Medi Ambient; por la tarde y ya en casa nos enteramos por las noticias de que se trata del incendio en Chóvar. Triste suceso. Caminatasalas8 le dedica un post al respecto.

sábado, 24 de mayo de 2008

Caminando por el barranco de Almanzor


Barranco de Almanzor, denso y cerrado como la selva


Pteridium aquilinum (Helecho), en el Barranco de Almanzor en Almedijar


Barranco de Almanzor

Exhuberante y mágico.

El Barranco de Almanzor es uno de los barrancos, de nuestra querida Sierra de Espadán, que más intensamente enamora y en el que se pueden distinguir dos partes: la parte más alta es el llamado Barranc de la Font Calenta y la parte baja se denomina la Rambla de Almedíjar.

Del Barranco de la Caridad de Aín, al Barranco de Almanzor de Almedijar



Aín, de indudable origen islámico y cuyo nombre significa en árabe "fuente". Tan pintoresco, como sencillo y como bello, tanto es así que enamora al visitante ocasional y mucho mas si se le conoce.

Linda por el Este, con el partido de Nules (término de Eslida), por el SO, con Almedíjar, Norte con Alcudia de Veo, Sur con Azuébar y Chóvar y No con Algimia de Almonacid, su término está compuesto de cañadas y valles.
Desde Onda a unos 18 Km por la carretera CV-223, en una mañana calurosa y radiante en esta primavera, llegamos a Aín.
La ruta de esta semana se inicia en esta población enclavada en pleno corazón del parque natural de la Sierra de Espadán y cercada de altas montañas.
Dirigimos nuestros pasos en dirección al Calvario que está rodeado de un bosque de encinas, y podemos ver, a los pies de un nogal, un poste de señalización de varias rutas: Gran Recorrido - GR (rojo y blanco) y Sendero Local - SL (verde y blanco).
Desde Aín es posible realizar varias rutas y combinarlas entre sí, descubriendo y disfrutando en cada una de ellas, pues un regalo de la madre Naturaleza, son estas tierras. Y por si fuera poco se une otra más, como es la de Pequeño Recorrido - PR (amarillo y blanco). Esta ruta, pretende ser un buen ejemplo de la combinación entre ellas.
Continuamos nuestra marcha por el Barranco de la Caridad, en el que nos sorprendemos ante un Arco-Acueducto, para canalizar las aguas de este barranco y el Molí de L´Arc (molino de harina) y ascendiendo como si fuéramos en dirección hacia el Castillo de Aín, una senda pedregosa nos recibirá junto a un sólido ribazo que pronto y junto a una señalización con el logotipo de la Sierra de Espadán, se bifurca la senda local - que vamos a tomar - dejando el Castillo arriba, en un monte cercano y a nuestra izquierda. Su Torre del Homenaje es testigo de nuestro paso y nos reconoce de una visita anterior a esta auténtica fortaleza morisca del siglo X (le dedicaremos un artículo).

La biodiversidad natural no nos ha dejado de acompañar desde el Barranco de la Caridad y sigue acompañándonos y nos rodea, frondosos bosques de alcornoques (Quercus suber), encinas, carrascas, chopos, sauces y pinos pueblan estos montes que envuelven Aín.
Es dura la subida por estos montes, pronunciadas sendas estrechas y cruzadas muchas veces, por los tallos erectos y colgantes - de las zarzas - cuyos tallos reptan por los suelos y trepan otros, cruzados en el camino y que nos obligan a apartarlos con cuidadoso esmero pues su saludo es espinoso.
Hasta que alcanzamos el punto alto de la senda, que paradójicamente termina en la carretera CV-200, que va de Aín a Almedíjar. No hay lugar a dudas pues está señalizada la bionda metálica de la carretera y la señal de tráfico, como SL.
Nos incorporamos con cautela a la mencionada carretera (pues hay un cambio rasante) y cruzándola hacia la derecha, iniciamos y continuamos, respectivamente, este ramal de la ruta, señalizada a la derecha y en la pared rocosa, con trazos de pintura de color blanco, amarillo y verde.
Descendemos por esta seca, cálida y pronunciada pista cementada que al final del primer recodo a la izquierda ya es de tierra y pronto nos encontramos rodeados por frondosos bosques, plenos de extraordinarios y soberbios Quercus, que nos empequeñecen con su presencia y tamaño.
Estamos inmersos y en complicidad con la madre Naturaleza, arroyos por doquier nos refrescarán en la ruta, el sonido del discurrir de sus limpias y cristalinas aguas nos relajan, ... de nuestro cansancio ya manifiesto, ... el canto de los pájaros a nuestro paso, notables helechos, magníficos ejemplares de alcornoques, chopos, ... nos encontramos en pleno Barranco de Almanzor, esta senda que lo cruza con su preciosa, variada, cerrada y abundante vegetación es de fácil caminar, sombría y por lo tanto fresca y húmeda, como corresponde al bosque típico de la Sierra de Espadán siendo lo mas parecido a la selva que a otra cosa. Nuestros pantalones y botas se encuentran mojados.
Este microclima contrastará muy pronto con la solana, seca y cálida pista, con la que nos encontraremos en cuanto salgamos del Barranco de Almanzor en nuestro trayecto final hacia Almedijar y que pronto secará nuestras prendas y calzados.
Regresamos sobre nuestros pasos y una nueva y buena ración del Barranco de Almanzor, nos espera, quizás ahora disfrutamos mas de él, pues nuestros ojos se han acostumbrado y se fijan mas y mejor.
Cuando salimos de él una empinada pista de tierra primero y cementada después, en plena solana nos espera, antes de alcanzar el tramo de carretera que mucho antes habíamos cruzado de izquierda a derecha, siendo ahora a la inversa, descendiendo por la senda, dejando atrás y la izquierda la carretera.
Se agradecen las ráfagas de viento que nos refrescan, en un día caluroso, por esta pista y que prácticamente no cesan hasta llegar al Barranco de la Caridad, muy frecuentado por excursionistas a estas horas ya próximas al almuerzo del sábado.
Un paseo por las cuidadas calles de Aín y sus tradicionales y blanqueadas fachadas, aumentan nuestra satisfacción, en esta dura ruta realizada con entusiasmo y muchas ganas de compartirla con Uds.
Senderistas: Vicente Gimeno y el autor.
Nota: El Track de esta ruta está disponible en la sección, Waypoints y Tracks, del blog.